Territorio
Los escarpados acantilados del Cabo Peñas forman un balcón inigualable que permiten disfrutar de espectaculares panorámicas sobre el mar Cantábrico.
El Paisaje Protegido del Cabo Peñas resalta por su agreste costa, dominada por abruptos y verticales acantilados que en ocasiones superan los 100 metros de altitud, y que se alternan con amplias playas donde se desarrollan importantes sistemas dunares, como Xagó o Verdicio. Este tramo del litoral incluye además numerosas islas e islotes, entre las que se encuentra La Erbosa, la segunda isla de mayor tamaño de la costa asturiana, tras la Isla de La Deva.
En los acantilados se desarrolla una flora y fauna única, adaptada a sobrevivir en tan inhóspito medio como la berza marina y el halcón peregrino, que utiliza estos cortados para anidar.
El Cabo Peñas ofrece por tanto una impresionante visión de la costa asturiana, de la inmensidad del mar Cantábrico, la bravura de sus aguas en días de temporal, los imponentes acantilados...incluso puedes ver a los barcos de pesca recogiendo sus aparejos o a los perceberos jugándose la vida en las piedras en busca de su preciado tesoro.
Hacia el interior el relieve es muy poco pronunciado, con una amplia rasa costera surcada por pequeños valles fluviales de poca entidad y cubierta por extensas praderías entre las que se intercalan algún pequeño robledal y plantaciones de eucalipto.
Loss grandes valores naturales del Cabo Peñas han llevado a que este espacio forme parte de la Red Natural 2000, por estar declarado Zona Especial de Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Origen
La resistencia a la erosión de la cuarcita origina pronunciados relieves como los del Cabo Peñas.
El Cabo Peñas está formado por roca cuarcítica que ha dado lugar a un relieve tan peculiar como esta rasa costera elevada a 100 metros de altitud sobre el nivel del mar. Las rasas costeras son superficies que estuvieron bajo el mar pero a una profundidad muy somera, por lo que se vieron muy afectadas por el oleaje que fue aplanándolas hasta dejarlas llanas. Los posteriores movimientos tectónicos elevaron estas plataformas de abrasión hasta situarlas a varios metros sobre el nivel del mar.
Al occidente del Cabo las litologías son variadas, apareciendo también calizas, areniscas y pizarras. En esta zona, entre los acantilados aparecen playas de arena como Xagó Verdicio, Carriciega y Tenrero, en las que se desarrollan amplios sistemas dunares, y playas de cantos como la playa de Ferrero.
En la zona oriental, como en el entorno de Bañugues, los sustratos son también más variados, apareciendo materiales calcáreos que dan lugar a acantilados de menor altitud pero de formas más accidentadas, debido al modelado Kárstico de las calizas.
La vida vegetal
En el Cabo Peñas se desarrollan formaciones vegetales de gran interés como los sistemas dunares de Xagó y Verdicio, el brezal atlántico del Cabo Peñas y las comunidades de vegetación de acantilados.
La cubierta vegetal de la mayor parte del Paisaje Protegido está formada por amplias praderas y cultivos, que ocupan las zonas llanas de la rasa costera, y entre las que se intercalan algunas plantaciones de pino y eucalipto, y pequeños bosques de ribera y carbayedas principalmente en los valles.
En la rasa del propio Cabo Peñas se desarrolla uno de los brezales-tojales atlánticos mejor conservados de la cornisa cantábrica. Abundan en él especies como la Erica mackayana, la Daboecia cantábrica y los tojos, que tiñen el paisaje de rosa, blanco y amarillo cuando florecen. Durante la época de lluvias, debido al perfil plano de esta zona, se acumula agua en las cubetas dando lugar al conocido como "brezal higroturboso", con especies adaptadas al exceso de humedad como los musgos del género Sphagnum.
En todo el litoral se desarrollan comunidades de vegetación de acantilados donde crece la berza marina, protegida a nivel autonómico y que tiene en el Cabo Peñas la mayor parte de sus poblaciones. En los acantilados de San Juan de Nieva, en zonas orientadas al sur y protegidas por farallones rocosos, se conservan aún algunas poblaciones de acebuche, variedad silvestre del olivo cultivado.
Por otro lado, en el Paisaje Protegido del Cabo Peñas se sitúan dos de los sistemas dunares más valiosos de Asturias, dada su extensión y su buen estado de conservación: el arenal de Xagó y las playas de Verdicio. En Xagó aparecen representadas prácticamente todas las comunidades vegetales características de los sistemas dunares, incluyendo formaciones arbustivas dunares, extremadamente raras en la región. En ambos sistemas aparecen numerosas especies incluidas en el Catálogo Regional de especies amenazadas de la flora del Principado de Asturias como el nardo marítimo y la espigadilla de mar.
En las playas de Verdicio -Carriciega y Tenrero se conservan además otras poblaciones de especies protegidas, muy escasas en Asturias, como son la adormidera marítima, la algodonosa, l la mielga marina, catalogada como sensible a la alteración de su hábitat o la lechuguilla dulce.
La vida animal
El Paisaje Protegido del Cabo Peñas alberga un gran interés para numerosas aves marinas, que encuentran en estos acantilados e islotes refugio y zonas adecuadas para la cría.
Los acantilados verticales y las numerosas islas e islotes sirven de refugio de numerosas aves marinas que tienen esta zona sus colonias de cría. Destaca la isla de La Erbosa en la que, además de existir una gran colonia de cría de gaviota patiamarilla, nidifican otras especies como el cormorán moñudo y el paíño europeo, ambas especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.
El Cabo Peñas es además la primera porción de tierra que encuentran algunas aves migradoras en otoño cuando llegan cruzando el mar Cantábrico desde Irlanda o la Bretaña francesa. Así ciertos días del otoño e invierno se pueden observar grandes bandos de alondras, pardillos comunes, verderones, jilgueros, o bisbitas, e incluso avefrías y chorlitos dorados cuando los temporales de nieve azotan los campos ingleses y franceses.
Entre la aves destaca también el halcón peregrino, nidificante ocasional en los acantilados costeros.
En lo referente a otros grupos, cabe señalar que en los brezales de Cabo Peñas se forman en época de lluvias unas pequeñas charcas temporales, que son el refugio de algunas especies de anfibios como la rana de San Antón, especie protegida también e incluida en el catálogo regional.
Patrimonio cultural
Las condiciones naturales del cabo y la estrecha vinculación del hombre con la mar han favorecido la existencia de un rico patrimonio histórico y cultural.
Entre el patrimonio cultural localizado en el Paisaje Protegido del Cabo Peñas destacan los asentamientos castreños costeros. Las características del cabo favorecieron las condiciones defensivas de los astures en estos castros durante las guerras cantabro-astures contra el avance romano. Se han encontrado castros en distintas localizaciones, como Verdicio, Podes y en la playa de Tenrero.
En esta zona, debido a su ubicación, a la vida de sus pobladores vinculada al mar y a las características de estas aguas se tiene constancia de numerosos accidentes de la flota a lo largo de la historia. A pesar de que estos barcos hundidos, o pecios, pueden atesorar un vasto patrimonio en arqueología submarina, la verdad es que la bravura de estas aguas pueden ocultar o destruir estos restos. Entre la arqueología submarina destaca, por su antigüedad, el pecio de Bañugues, uno de los más importantes encontrados en el litoral asturiano. Se trata de varios cañones y restos de artillería localizados a poca profundidad cerca del islote de El Corbiro.
Respecto al patrimonio industrial, en la ensenada de LLumeres se encuentran los restos de las instalaciones de una antigua mina de hierro, que se mantuvo en funcionamiento hasta 1967. Al no existir comunicación mediante ferrocarril se construyó anexo a la mina un puerto para poder llevar el mineral a Gijón. Los restos de estas instalaciones, junto a este puerto de Llumeres han sido incluidos como conjunto histórico en el Inventario Cultural del Principado de Asturias.
Es posible que el elemento patrimonial con mayor identidad dentro del Paisaje Protegido es el Faro del Cabo Peñas. Este faro empezó a funcionar en 1852 y desde entonces sólo ha dejado de alumbrar durante la guerra de Cuba, entre el 18 de julio y el 20 de agosto de 1898, y durante algunos días durante la guerra civil española.Hoy día alberga en su planta baja al Centro de Recepción de Visitantes e interpretación del Medio Marino de Peñas