Territorio y paisaje
Su escarpado paisaje, con cumbres que superan los 2.000 metros, está atravesado por el río Ponga que forma impresionantes desfiladeros.
El Parque Natural de Ponga, declarado en el año 2003, se ubica en el área centro-oriental de la Cordillera Cantábrica e incluye la totalidad del concejo del mismo nombre.
Este espacio natural posee una extensión de poco más de doscientos kilómetros cuadrados, limitando por el este con el Parque Nacional de Picos de Europa y por el oeste con el Parque Natural de Redes.
En su entorno destacan paisajes heterogéneos, como pastizales alpinos, valles glaciales, foces, cordales rocosos o bosques frondosos. Entre ellos, pequeños pueblos que salpican un territorio sin apenas influencia humana, gracias a los grandes contrastes de altitud y su complicado relieve.
Entre sus alineaciones montañosas más importantes cabe señalar las cumbres de El Abedular, Les Pandes y la emblemática Peña Ten (2.142 m), en el límite meridional del territorio; el Cordal de Arcenorio desde Peña Ten hasta el Pico Pierzu, que divide las cuencas de los ríos Sella y Ponga; mientras por el occidente cumbres como Maciédome, Tiatordos y Campigüeños, entre otros, forman una gran barrera natural denominada cordal de Ponga.
Atravesando su escarpado relieve y formando grandiosas foces a su paso discurren el río Ponga de Sur a Norte, y el Sella, que atraviesa el parque por su zona más oriental para seguir su curso hasta el fronterizo concejo de Amieva, dejando a su paso el espectacular desfiladero de los Beyos.
Por su contribución al desarrollo sostenible, en el año 2018, el Consejo Internacional del Programa Hombre y Biosfera (MAB) de la UNESCO lo catalogó además como Reserva de la Biosfera. A nivel europeo se encuentra dentro de la Red Natura 2000, por estar declarado Zona Especial de Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
En su capital, San Juan de Beleño, se encuentra el Centro Interpretación del Parque, que alberga una exposición permanente en la que destacan los valores naturales y culturales del área protegida. En él, los visitantes pueden recabar información sobre el entorno, como sus rutas y senderos, la normativa asociada y los datos necesarios para disfrutar al máximo de su paso por este bello paraje asturiano.
Origen
Los fuertes desniveles y encajamiento de los valles fluviales de Ponga tienen su origen en los procesos geológicos que provocaron los levantamientos de las altas cumbres de la Cordillera, las llamadas orogenias Alpina y Hercínica.
Desde el punto de vista geológico Ponga se caracteriza por su variedad de sustratos, alternándose frecuentemente formaciones silíceas y calizas.
La formación de su escarpado relieve, con desniveles de casi 2.000 metros, tiene su origen en las orogenias Hercínica y Alpina, cuando se elevaron las grandes montañas de la Cordillera Cantábrica.
Estas orogenias produjeron también la existencia de fallas, condicionando la disposición de los valles fluviales, encajados entre laderas escarpadas, como en el imponente desfiladero de Los Beyos.
Esta configuración inicial ha sufrido durante el Cuaternario una intensa modificación por la acción glaciar y también por la gran capacidad de erosión de los ríos de montaña, unido a los procesos kársticos en las zonas calcáreas.
La Vida Vegetal
Ponga se caracteriza por su alta diversidad de formaciones vegetales y por conservar extensos bosques maduros entre los que destaca el majestuoso hayedo de Peloño.
El acusado y abrupto relieve, sumado a las condiciones climatológicas relativamente suaves y a su escasa explotación, han hecho posible el desarrollo de grandes bosques, donde la complejidad de los ecosistemas permite la existencia de una rica diversidad de especies vegetales en este paraje natural.
Más de un tercio del Parque está constituido por bosques maduros: robledales, abedulares, fresnedas con arce y alisedas.
Peloño es sin duda el más reconocido de los bosques de Ponga, situado en el sureste del Parque. Cuenta con una extensión de unas 1.500 hectáreas, siendo el haya su especie dominante.
Existen numerosos hayedos distribuidos por el territorio, que suponen lugares de elevada importancia, pues son un hábitat vital para especies emblemáticas y en peligro de extinción como el urogallo cantábrico, el cual encuentra en el sotobosque del hayedo y en el acebal el área más idóneo para ubicar sus cantaderos.
Junto a estas formaciones boscosas se alternan matorrales y castañedos, reflejo de la gestión humana del paisaje. Entre los matorrales se encuentran brezales, tojales y piornales, abundando los castañedos sobretodo en la zona central del Parque.
Entre la flora de Ponga cabe destacar la presencia del narciso de Asturias y la genciana, especies recogidas en el Catálogo Regional de Flora Amenazada de Asturias.
La Vida Animal
El buen estado de conservación de los hábitats del Parque, hace que Ponga sea un enclave estratégico para albergar algunas de las especies más emblemáticas de la Cordillera Cantábrica, que encuentran en este espacio natural una zona propicia para su refugio, alimentación y cría.
Entre los mamíferos destacan la nutria y el desmán, especies bioindicadoras del buen estado de conservación de los ecosistemas fluviales del Parque.
Otras especies como las liebres de piornal, endemismo de la cordillera Cantábrica, coexisten con liebres europeas y encuentran en los piornales y praderías de Ponga uno de sus últimos refugios. Señalar también la presencia ocasional del oso pardo, especie catalogada en peligro de extinción, que tiene en Peloño el límite más occidental en su distribución por las montañas asturianas.
Son abundantes especies de interés para la caza como los rebecos, ciervos o venaos y corzos y sobre todo los jabalíes.
En cuanto a las aves, el Parque Natural de Ponga está incluido en la Red Natura 2000 como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), ya que cuenta con una rica y diversa avifauna, principalmente compuesta por especies forestales, como el urogallo cantábrico y el pico mediano, o aves rapaces como el águila real, el buitre leonado y el azor.
Patrimonio
Son interesantes las casonas de indianos, construcciones civiles y religiosas, pero sin duda son sus bellos pueblos, con su arquitectura tradicional tan bien conservada, los que provocan que al visitar Ponga nos traslademos a tiempos remotos, imaginando la dureza de las condiciones de vida de este territorio.
Ponga conserva un interesante patrimonio histórico-artístico, manteniendo un valioso legado popular, tanto en lo referente a su arquitectura, como a su folclore y gastronomía.
En su arquitectura destaca la Torre de Cazo, del siglo XII, considerado uno de los edificios medievales más antiguos de Asturias.
Entre sus edificaciones religiosas tienen interés las iglesias parroquiales de marcado carácter rural, contando, en general, con una sola planta rectangular de una sola nave y pórticos de madera. Entre las más relevantes se encuentran San Lorenzo de Abiegos, del siglo XVIII que cuenta con escudo y un pórtico cubierto, así como la de San Juan de Beleño, posiblemente la más antigua de concejo, que aparece citada en documentos del siglo XVII y que fue trasladada de su ubicación original.
Tienen gran interés y simbolismo las capillas de Arcenorio y Ventaniella, a las que se les asigna un origen medieval, vinculado a ancestrales pasos de montaña. La ermita de Ntra. Sra. de Arcenorio se sitúa en la majada del mismo nombre, donde se celebra cada año una romería que conmemora una célebre batalla de la Reconquista. Por su parte en el puerto de Ventaniella se encuentran la ermita y la venta del mismo nombre, que en su día fue hospitalillo y que hoy es albergue de montaña. En esta ermita se celebra el primer sábado de septiembre una romería de interés.
Repartidos por el concejo hay buenos ejemplos de casas, casonas y palacios de diferentes épocas, como la Casa de Merreguera en Abiegos, el Palacio de La Costaniella en Sobrefoz y la Casa de Rubín en Viego.
Es destacable también el balneario de Mestas, fundado en el siglo XVIII, hoy día rehabilitado como hotel y casa de baños.
De la época contemporánea son llamativos los interesantes ejemplos de arquitectura indiana de San Juan de Beleño y Taranes.
Sin duda entre los elementos de su patrimonio cultural más destacables se encuentran muy buenos ejemplos de arquitectura popular que se conservan en los pueblos ponguetos, con sus caserías, en buena parte con corredores de madera, con cuadras y construcciones anexas como los típicos hórreos. En Ponga cobran especial relevancia estos últimos, ya que en la zona de Los Beyos, en las parroquias de San Ignacio, Viego y Casielles, aún se conservan un tipo de hórreos peculiar denominados hórreos Beyuscos o de Los Beyos, declaradados como Bienes de Interés Cultural. Son de menor tamaño, en general con tejado a dos aguas y con los tablones de las paredes, llamados colondras, dispuestos en horizontal.
Del importante patrimonio cultural oral, folclore y actividades tradicionales se da buena muestra en el mercado antiguo de “El Trasiegu”, celebrado cada Semana Santa en Sobrefoz. Entre otras cosas se muestra también la elaboración del tradicional queso de Los Beyos, elaborado por los pastores del entorno del desfiladero, con leche de vaca, de oveja o de cabra y que posee Indicación Geográfica Protegida.
Además de las romerías ya mencionadas hay una fiesta de especial relevancia que se celebra en San Juan de Beleño entre nochevieja y reyes, es la llamada fiesta de los aguinalderos, de Interés Turístico Regional. El alma de la fiesta es un personaje llamado el Guirria, que persigue a las mujeres y hecha ceniza a aquellos que intentan detenerle.