Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón
- Río Eo
- Año designación
- 2007
- Municipios
- Castropol, San Tirso de Abres, Taramundi, San Tirso de Abres
- Superficie
- 159,379 ha
- Instrumento de gestión
- Plan de gestión
La Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón fue declarada el año 2007 por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa MaB de la UNESCO, ocupando una superficie de 159,379 ha entre Galicia y Asturias, de las que 496 ha corresponden a aguas marinas someras, cercanas a la costa de ambas comunidades y adyacentes a la desembocadura del río Eo, distribuyéndose el resto del territorio por 14 municipios, 7 en Lugo (Ribadeo, Trabada, A Pontenova, Ribeira de Piquín, Baleira, A Fonsagrada y Negueira de Muñiz) y 7 en Asturias (Castropol, Vegadeo, Taramundi, San Tirso de Abres, Villanueva de Oscos, Santa Eulalia de Oscos y San Martín de Oscos).
El área incluida dentro de la Reserva se vertebra a través de la cuenca fluvial del río Eo, abarcando desde su nacimiento en Fonteo (municipio de Baleira, Lugo), hasta su desembocadura en el Mar Cantábrico. Junto a esta área se incluyen en la Reserva de Biosfera territorios que aunque pertenecientes a las cuencas del Navia, Miño y Porcía, poseen una gran uniformidad en relación a los componentes de la biodiversidad y con los componentes de carácter cultural y patrimonial de la cuenca del río Eo.
El área incluida dentro de la Reserva se vertebra a través de la cuenca fluvial del río Eo, abarcando desde su nacimiento en Fonteo (municipio de Baleira, Lugo), hasta su desembocadura en el Mar Cantábrico. Junto a esta área se incluyen en la Reserva de Biosfera territorios que aunque pertenecientes a las cuencas del Navia, Miño y Porcía, poseen una gran uniformidad en relación a los componentes de la biodiversidad y con los componentes de carácter cultural y patrimonial de la cuenca del río Eo.
Dentro del territorio incluido en la Reserva se pueden reconocer al menos cuatro grandes unidades paisajísticas, integrables dentro de las sectorizaciones propuestas para el noroeste Ibérico: Litoral Cantábrico Occidental; cauces fluviales; estuario y desembocadura del río Eo; y sierras y montañas.
Patrimonio natural
La importante variabilidad en la tipología de medios provoca que en la Reserva aparezca una amplia variedad de ecosistemas naturales, que albergan elevados valores ambientales, hecho reflejado en las diferentes figuras de protección con que han sido designadas en la actualidad diversos espacios incluidos en el territorio de la Reserva.
Asimismo, en los territorios de la Reserva es posible identificar un total de 41 tipos de hábitats de interés comunitario, de los que 11 son considerados prioritarios, centrados fundamentalmente en los ecosistemas dunares, los matorrales costeros, humedales continentales y bosques ligados a medios húmedos.
Con respecto a las especies de interés para la conservación, existen un total de 123 taxones identificados en el territorio de la Reserva que han sido incluidos en el Anexo I de la Directiva 2009/147/CE, o en alguno de los Anexos de la Directiva 92/43/CEE para los grupos restantes.
Destaca el conjunto de aves incluidas en el Anexo I de la Directiva 2009/147/CE, lo que da una idea del importante papel de conservación que juega el territorio de la Reserva, y en especial del estuario del Río Eo. Cuenta con especial interés para las aves acuáticas durante las migraciones y para su invernada, estando declarado Zona de Especial Protección Para las Aves (ZEPA) y Humedal de Importancia Internacional Ramsar por dicha razón.
Las especies de interés para la conservación de los grupos de flora, invertebrados, peces y anfibios están compuestos fundamentalmente por taxones ligados a los medios fluviales de la Reserva, muy bien representados por la red hidrográfica de la cuenca del río Eo.
Entre las especies más destacables están el salmón atlántico, la lamprea, la salamandra rabilarga, la madreperla de río, la nutria o el desmán ibérico. En cuanto a las especies de flora, pueden destacarse taxones nemorales característicos de formaciones del Terciario, como los helechos Woodwardia radicans y Vandenboschia speciosa, especies propias de matorrales húmedos como el musgo Sphagnumpylaesii, o los narcisos Narcissus asturiensis y N. triandrus.
También las aguas marinas de la Reserva poseen una relevante importancia, puesto que en las mismas ha sido identificada la única especie prioritaria, la tortuga careta (Caretta caretta), reptil marino cuya presencia en el territorio ha sido documentada.
Asimismo, dentro del grupo de los mamíferos cabe destacar el conjunto de aquellos que presentan hábitos marinos, ya que suponen casi la mitad del conjunto en total.
Patrimonio cultural y paisaje
Los bienes patrimoniales que se encuentran en el ámbito de la Reserva son de tipo cultural en un sentido amplio. No sólo se dispone de construcciones y restos de distintas épocas, sino también de la cultura que ha sustentado la sociedad local, y que ha pasado de una generación a otra, permitiendo que hoy en día se mantengan diversas actividades artesanales.
Los restos tumulares y dólmenes son muy abundantes, y aparecen repartidos por todo el territorio de la Reserva, así como multitud de conjuntos de la cultura castreña.
Además de estos restos, es abundante el patrimonio arquitectónico, correspondiente tanto a la arquitectura religiosa como civil.
La primera tiene una gran tradición, puesto que hubo en estas tierras varias fundaciones monásticas, además de un importante conjunto de capillas, iglesias y ermitas, sobre todo de los siglos XIV al XIX, diseminadas por todo el territorio, y en las que se recogen abundantes y variadas tallas, esculturas y retablos.
Por su parte, la arquitectura civil incluye numerosas casas solariegas y pazos.
Destaca el patrimonio de tipo etnográfico, representado a través de numerosos edificios propios de la cultura rural tradicional: el paisaje de montaña se cubre de pallozas, hórreos, cabazos, palomares, trobos, cortizos, cortines (para proteger las colmenas de depredadores), corripias u ouriceiras (destinados a guardar las castañas recolectadas y conservar sus erizos hasta su completo secado) dispersos por todos los pueblos de la Reserva.
A todo lo anterior se añade el patrimonio cultural oral, el folklore o las actividades tradicionales.
Existen dos rutas del Camino de Santiago que sirven de peregrinación hacia la capital de Galicia: la Ruta de la Costa y el Camino Primitivo.
Socioeconomía
La población de la Reserva ha sabido aprovechar sus recursos naturales y culturales ancestrales, así como las actividades económicas tradicionales, para integrarlos en nuevos programas de desarrollo, que han supuesto un notable cambio en la comarca y que la posiciona favorablemente de cara al futuro.
En los últimos años, se han apreciado cambios relevantes en la estructura económica. Así, se ha producido una caída en el sector primario y un crecimiento en el sector servicios.
En la actualidad, la ganadería, la selvicultura y el turismo son los principales ejes de crecimiento y especialización en toda la zona, y parecen ser los ejes sobre los que tratará de sustentar su crecimiento a medio plazo. La ganadería ha sufrido una especialización con diferencias entre municipios: la zona interior se ha especializado en vacuno de carne, mientras que en el litoral hay predominio del vacuno de leche. Además, han comenzado a manifestarse algunas iniciativas de diversificación de la actividad, como agricultura y ganadería ecológica, viveros e invernaderos, diversificación en servicios, acuicultura o actividades agroalimentarias.
Contribución al desarrollo sostenible
Las Reservas de la Biosfera se configuran como espacios que, además de ser representativos de determinados ámbitos biogeográficos o de tener relevancia para la conservación de la biodiversidad, deben ofrecer posibilidades de ensayar y demostrar modelos de sostenibilidad.
La inclusión de una gran superficie de agrosistemas tradicionales en su ámbito obliga a considerar, entre sus objetivos básicos, la conservación de formas de intervención humana sobre el territorio que representan un valor histórico y etnográfico, y sobre cuyo aprovechamiento se sustenta buena parte del desarrollo sostenible del mismo. Por otro lado, la conciliación entre objetivos de conservación y desarrollo exige un esfuerzo importante en apoyo logístico, es decir, en la dotación de recursos e incentivos que fomenten prácticas de desarrollo sostenible entre los diferentes agentes sociales que operan dentro de la Reserva.
La Reserva ha profundizado en este camino y supone un avance cualitativo, mediante el fomento y apoyo a experiencias de ensayo y demostración relativas a un aprovechamiento sostenible de los recursos (prácticas agrícolas, ganaderas y forestales sostenibles), así como a la revalorización de los productos naturales mediante su comercialización como productos certificados en cuanto a las prácticas utilizadas (certificación forestal, productos ecológicos, etc.), o en cuanto al recurso genético empleado (denominación de origen, producto de calidad, etc.).
Actualmente, la Reserva dispone de varios equipamientos que constituyen una importante herramienta de trabajo en la divulgación de los valores naturales, etnográficos e históricos del territorio, y desde los que se trabaja en el efecto demostrativo sobre cuestiones locales y su cultura asociada.
Uso público y turismo
El desarrollo del turismo rural ha contribuido a la recuperación del patrimonio, rehabilitando edificios para destinarlos a alojamientos, y dinamizando otras actividades, como la producción artesanal, oferta gastronómica y de productos típicos. Además, ha contribuido al conocimiento de la zona dentro y fuera de su territorio.
La estructura turística ha tenido un impulso importante. Actualmente, se ha logrado desarrollar una amplia red que abarca los distintos tipos de establecimientos. Es destacable la calidad de las instalaciones turísticas y de servicios de la zona que, en muchos casos, está avalada por la adscripción a marcas de calidad.
La Reserva ofrece, además, importantes atractivos para los visitantes: arquitectura de carácter tradicional, elementos y conjuntos etnográficos y conjuntos arqueológicos, museos etnográficos y centros de interpretación. La artesanía, de reconocida calidad y dinamizada con el desarrollo del turismo rural en el área, también constituye un reclamo turístico importante. Complementariamente, el ámbito de la Reserva cuenta con una oferta gastronómica rica y variada.
Las Reservas de la Biosfera son áreas designadas por la UNESCO en el marco del Programa El Hombre y la Biosfera (MaB) y que se recogen en la Ley 33/2015, de 21 de septiembre, por la que se modifica la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
La citada Ley regula el modo de gestión de estos espacios naturales protegidos, estableciendo en su artículo 70 que para su integración y mantenimiento, deberán respetar las directrices y normas aplicables de la UNESCO y contar, como mínimo, con:
a) Una ordenación espacial integrada por:
- 1º Una o varias zonas núcleo de la Reserva que sean espacios naturales protegidos, o LIC, o ZEC, o ZEPA, de la Red Natura 2000, con los objetivos básicos de preservar la diversidad biológica y los ecosistemas, que cuenten con el adecuado planeamiento de ordenación, uso y gestión que potencie básicamente dichos objetivos.
- 2º Una o varias zonas de protección de las zonas núcleo, que permitan la integración de la conservación básica de la zona núcleo con el desarrollo ambientalmente sostenible en la zona de protección a través del correspondiente planeamiento de ordenación, uso y gestión, específico o integrado en el planeamiento de las respectivas zonas núcleo.
- 3º Una o varias zonas de transición entre la Reserva y el resto del espacio, que permitan incentivar el desarrollo socioeconómico para la mejora del bienestar de la población, aprovechando los potenciales recursos específicos de la Reserva de forma sostenible, respetando los objetivos de la misma y del Programa Persona y Biosfera.
b) Unas estrategias específicas de evolución hacia los objetivos señalados, con su correspondiente programa de actuación y un sistema de indicadores adaptado al establecido por el Comité MaB Español, que permita valorar el grado de cumplimiento de los objetivos del Programa MaB.
c) Un órgano de gestión responsable del desarrollo de las estrategias, líneas de acción y programas y otro de participación pública, en el que estén representados todos los actores sociales de la reserva.
Este convenio regula las herramientas y órganos de gestión de la Reserva. En lo referente a estos último, se establece la creación de:
- Una Comisión de Coordinación Institucional
- Una Comisión Gerente
- Un Foro de participación Social
En este documento ambas partes se comprometieron a elaborar un Plan de Acción o Gestión que permitiese la consecución de los objetivos de este espacio protegido. Dicho plan de gestión ha sido publicado por Resolución de 2 de mayo de 2017, tras el pertinente trámite de información y participación pública, habiendo sido sometido a informe del Foro de Participación Social y tras su aprobación inicial por parte de la Comisión de Coordinación Institucional.
El plan se estructura en 26 acciones agrupadas en un total de 11 Líneas de Acción:
- A. Plan de choque para la puesta en funcionamiento de la reserva
- B. Gestión adaptativa de la Reserva
- C. Reforzar la sostenibilidad del desarrollo del medio rural con la biodiversidad
- D. Reforzar la sostenibilidad entre los aprovechamientos de los recursos pesqueros y marisqueros con la biodiversidad
- E. Reforzar la sostenibilidad entre los recursos turísticos y de uso público con la biodiversidad
- F. Fomento del potencial empresarial endógeno
- G. Cumplimiento de las funciones de conservación
- H. Conservación y puesta en valor de los recursos etnográficos; culturales y patrimoniales
- I. Ciencia y desarrollo de capacidades
- J. Cooperación y asociaciones
- K. Comunicación
El marco estratégico y operativo que representa el Plan de Gestión, contribuirá a medio plazo a fortalecer la entidad de este espacio protegido, promoviendo su desarrollo económico de forma sostenible, protegiendo y conservando sus valores naturales, y fomentando la participación activa de los actores del territorio.