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Tipo de mapa

Parque Natural Somiedo

Somiedo es el primero de los Parques Naturales declarados en el Principado de Asturias y su delimitación comprende los límites administrativos del concejo homónimo. 

Este territorio posee un variado sustrato rocoso, Io que, unido a su acusado relieve y a las condiciones climáticas reinantes configura un conjunto de ecosistemas y paisajes de extraordinario valor. Por ello su declaración por Ley 2/1988 tiene como finalidad garantizar la conservación de los valores naturales del área, haciéndolos compatibles con el mantenimiento y mejora de las actividades tradicionales, con el desarrollo social de la zona y con el fomento y disfrute de dichos valores, tanto por la población local como la foránea. 

El Parque Natural de Somiedo, coincidente en su totalidad con el concejo del mismo nombre, se localiza en la zona centro-occidental de la montaña asturiana.

El territorio de Somiedo se organiza en cuatro valles principales. El área más occidental es surcada por el río Pigüeña, que corre de sur a norte para confluir con el río Somiedo casi en el límite septentrional del Parque. El valle es recorrido por la carretera que desde Aguasmestas, puerta del Parque, se dirige a la localidad de Villar de Vildas. Seccionando en dos mitades el ámbito del Parque, el río Somiedo corre también en dirección sur a norte, buscando la confluencia con el Pigüeña en Aguasmestas. Por la derecha, a las aguas del río Somiedo se unen las del valle de Saliencia y las del Río del Valle, ambos en dirección sudeste a noroeste. 

El ámbito del Parque incluye treinta y nueve entidades de población. La población sufrió una marcada regresión desde inicios de siglo que parece haber sido contrarrestada por la declaración del Parque en 1988 y las nuevas oportunidades de empleo que ello supuso. 

El territorio descrito es, desde el punto de vista ambiental, uno de los más valiosos de la Cordillera Cantábrica, pues a su alto grado de conservación se une una originalidad y una diversidad ambiental y paisajística únicas, que hacen que en este espacio aparezcan la mayor parte de los ecosistemas y especies que caracterizan al área central de la Cordillera Cantábrica. 

Dicha singularidad se debe a la gran variedad de sustratos litológicos, al fuerte relieve, a las peculiares condiciones climáticas de un área en la que el carácter oceánico general de la cornisa cantábrica se ve matizado por una cierta continentalidad de origen orográfico, y a su situación biogeográfica.

Geología

Desde el punto de vista de la litología, en Asturias pueden diferenciarse dos grandes ámbitos: el área oriental, de litologías  predominantemente  calcáreas,  y  el  área  occidental,  de  litologías  predominantemente  silíceas. Somiedo  se  sitúa  a  caballo  de  ambas  zonas,  reuniendo  un  abigarrado  mosaico  de  sustratos  rocosos  de  diferente naturaleza: pizarras, areniscas, cuarcitas, calizas y dolomías.

El área de Somiedo se sitúa en la parte cóncava de lo que se ha dado en denominar la rodilla astúrica y se vio sometida durante  la  Orogenia Hercínica a  fuerzas  de  compresión  que  dieron  lugar  a  abundantes  mantos  de corrimiento y pliegues. El primitivo relieve hercínico sería posteriormente levantado durante la Orogenia Alpina, originando el encajamiento de la red fluvial preexistente en angostos y profundos valles. 

Sin embargo, durante el Cuaternario, la zona más alta de Somiedo sufrió un modelado glaciar que daría lugar al ensanchamiento de los valles y a la aparición de numerosas formas y depósitos glaciares, provocando una marcada diferenciación  entre los paisajes de la zona baja y más alta del territorio que se evidencia especialmente en los numerosos lagos de origen glaciar presentes. 

A los anteriores factores se añaden el modelado kárstico, que afectó a las áreas de litología calcárea, y los numerosos movimientos en masa, favorecidos por la alta pendiente de las laderas. 

En definitiva, el relieve y paisaje de Somiedo presenta una extraordinaria variedad producto de la existencia de litologías de diferente respuesta a la erosión, lo escarpado del relieve y la coexistencia de diferentes formas de modelado: fluvial, glaciar y kárstico. Dicha riqueza en formas geomorfológicas no puede sino traducirse en una riqueza equivalente en suelos y, por tanto, hábitats, ecosistemas y especies.

La vida vegetal

Los bosques

El Parque Natural de Somiedo se sitúa a caballo de lo que se ha denominado la Asturias caliza y la Asturias silícea. Ello, unido al elevado rango de altitudes que puede reconocerse, hace que en éste espacio aparezcan la mayor parte de los tipos de bosque descritos en Asturias.  

Los  bosques  cubren  casi  la  cuarta  parte  del  territorio  de  Somiedo.  Los más  abundantes  son  sin  duda  los hayedos, caracterizados por una neta dominancia del haya (Fagus sylvatica) que genera unas condiciones que apenas permiten el desarrollo de otras especies arbóreas o arbustivas. Tienden a ocupar laderas de montaña orientadas  a  la umbría,  tanto  sobre  sustratos  calcáreos  como  silíceos, dando lugar entonces a  bosques  de diferente composición florística. En ellos es frecuente la presencia de especies legalmente protegidas como el  acebo (Ilex aquifolium) o el tejo (Taxus baccata). Las laderas húmedas que ocupa son poco apropiadas para la instalación  de  praderas o pastos, razón  que probablemente haya  sido la causa  de la conservación hasta la actualidad de amplias superficies. 

Tras los hayedos, los bosques mejor representados son sin duda los robledales que cubren algo más de un cuatro por ciento de la superficie del Parque. Cuando los sustratos son pobres en bases, silíceos, el roble albar (Quercus petraea) se acompaña principalmente de abedul (Betula pubescens subsp. celtiberica). En cambio, cuando  se  trata  de sustratos  ricos  en  bases,  calcáreos,  además  del  roble  albar  aparecen  fresnos (Fraxinus excelsior),  arces (Acer pseudoplatanus)  y  tilos  (Tilia platyphyllos  y T.  cordata),  entre  otras  especies. Los robledales  debieron  ocupar  en el  pasado  amplias  áreas  en  la  parte  más  baja  del  Parque.  Sin  embargo,  la  productividad de los suelos que ocupan y el aprovechamiento maderero han supuesto la frecuente sustitución por prados y pastizales de uso ganadero o formaciones arbustivas y de matorral de diferente tipo.  

Los abedulares y carrascales suponen cada uno de ellos un dos por ciento de la superficie del Parque. Los primeros se instalan en las laderas umbrías y silíceas de la alta montaña, en el límite superior del bosque y aparecen  dominados por el abedul.  Los segundos son bosques perennifolios de encina carrasca  (Quercus rotundifolia) que ocupan solanas calcáreas y bien drenadas, constituyendo relictos de la vegetación de corte mediterráneo  que  debió  ser común  en Asturias en los periodos  interglaciares más cálidos.  En  ocasiones  es frecuente  la  presencia  de quejigo  (Quercus faginea), especie de ámbito mediterráneo  cuya  distribución en Asturias se limita a Somiedo y algunas localidades de la cuenca del Cares. Ambas, quejigo y carrasca, disfrutan de la protección legal que les otorga su inclusión en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. 

El resto de la superficie forestal del concejo se reparte entre rebollares en las solanas silíceas menos lluviosas, alisedas en los suelos de aluviales de vega, bosques de fresno y arce en las riberas de montaña y plantaciones de castaño.  

Prados  y  Pastizales

A pesar  de  la  riqueza  de  sus  bosques,  la  intensa  actividad  ganadera  desarrollada secularmente  en  el  Parque  ha dado  lugar  a  amplias  superficies  de  prados  y  pastizales,  que  cubren  casi  la quinta parte del territorio. 

La explotación ganadera en  Somiedo aparece condicionada  por el duro relieve y climatología  de  la  zona.  La  mayor parte  de  los  terrenos  de  pastizal  ocupan  zonas  de  montaña  de  difíciles accesos  e  inutilizables  durante  la mayor  parte  del  invierno.  Por  ello,  es  general,  un  sistema  de aprovechamiento estacional. El ganado se mantiene estabulado en la cercanía de la aldea durante el invierno, aprovechándose en esta época el heno procedente de los prados de siega más próximos. Al contrario, durante el verano, el ganado se traslada a los pastos altos, donde permanece sin estabular hasta la llegada de los fríos. Este sistema de explotación ha permitido la conservación de praderías con un extraordinario grado de diversidad  florística.  Así,  en  los  prados  manejados  a  siega  es  frecuente un  predominio  de  umbelíferas, compuestas y gramíneas de crecimiento rápido, mientras que los pastizales manejados a diente presentan un mayor grado de naturalidad  y son  frecuentes leguminosas y gramíneas estoloníferas. En  algunas zonas del Parque puede hablarse incluso de un sistema de rotación en tres estadíos, praderías de los pueblos, pastos de media montaña de las brañas y pastos de alta montaña. 

Entre la flora de los prados de montaña somedanos deben destacase algunos elementos de ámbito ibérico occidental que se encuentran incluidas en el Catálogo Regional de Flora Amenazada. Así ocurre en el caso de los narcisos de trompeta (Narcissus pseudonarcissus subsp. leonensis)  y  asturiano  (Narcissus  asturiensis),  amarilidáceas  bulbosas  de  floración  amarilla  muy evidente en la primavera.

Matorrales

Tras bosques  y praderas, las formaciones vegetales más frecuentes en  el Parque son  los diversos tipos  de matorrales,  resultado  de  la  deforestación  provocada  por  el  uso  humano  del  territorio  o  de  la  presencia  de roquedos de fuerte pendiente, en los que no llegan a desarrollarse suelos suficientemente potentes. 

En las áreas de sustrato calizo son frecuentes matorrales de aulaga (Genista hispanica subsp. occidentalis) y brezales de Erica vagans.  En  cambio  las  áreas  silíceas  suelen  poblarse  de  brezales  de  brezo  rojo  (Erica australis  subsp. aragonensis)  y  carquexa  (Genistella  tridentata)  o  brecina  (Calluna  vulgaris),  brezo  blanco (Erica arborea) y arándano (Vaccinium myrtillus). Cuando se trata de suelos bien desarrollados dominan los piornales de (Genista florida subsp. polygaliphylla), escoba negra (Cytisus scoparius) y en las áreas de mayor altitud el piorno orocantábrico (Genista obtusiramea).

Vegetación subalpina
Las áreas de mayor altitud, donde el bosque no puede ya desarrollarse a causa de la frecuencia de las heladas invernales, aparecen pobladas de matorrales de  enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina), que en los suelos calcáreos se acompaña de gayuba (Arctostaphyllos uva ursi ) y laureola (Daphne laureola), y los silíceos de arándano (Vaccinium myrtillus y V. uliginosum subsp. microphyllum), brecina (Calluna vulgaris) incluso la legalmente protegida genciana (Gentiana lutea).

Medios acuáticos e higrófilos

El modelado glaciar de las áreas a mayor altitud del Parque ha dado lugar a frecuentes cubetas de excavación que albergan  lagos,  lagunas  o  turberas.  

Dichos  ambientes  de  alta  montaña,  raros  en  la  región,  sirven  de refugio para numerosas especies de flora alpina o boreal, que alcanzaron nuestra región desde latitudes más altas durante las glaciaciones. Así ocurre con gran parte de las especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.   

Entre las especies características de aguas quietas, charcas o remansos de arroyos de montaña debe citarse el apio rastrero (Apium repens), cuya única localidad conocida en Asturias es la de Vega Ventana en Somiedo.  

Entre  las especies  de  turbera,  destacan  el  rocío  de  sol  de hoja  larga  (Drosera  anglica)  y  la  lentibularia  menor (Utricularia minor),  presentes  en  las  turberas  de  Vega Cimera  en  el  Puerto  de  Somiedo,  o  la  potentilla  arbustiva (Pentaphylloides fruticosa  subsp. floribunda),  la  cinta  de agua  (Triglochin  palustris)  y  la  cola  de  caballo variegada (Equisetum variegatum),  características  de  los  suelos turbosos de Vega Ventana y los lagos Cerveriz y Calabazosa. 

En los roquedos calizos rezumantes, aparecen plantas como la coclearia de los Pirineos (Cochlearia pyrenaica), exclusiva  de  la  cuenca  alta  del  Pigüeña,  o  la  centaura  de  Somiedo  (Centaurium  somedanum),  endemismo orocantábrico citado sólo en algunas localidades de Teverga y Somiedo (el entorno del embalse de La Malva y las zonas bajas del valle de Saliencia). 

Por último, debe citarse en los tremedales de cervuno la presencia del junco cantábrico (Juncus cantabricus), especie de ámbito ibérico oriental citada en torno a los Picos Albos y las Lagunas de Promedio.  

La vida animal

Somiedo  alberga  una  de  las  más  ricas  comunidades  de  vertebrados  de  la  Cordillera  Cantábrica.  A  ello contribuye sin duda su gran diversidad ambiental y un alto grado de conservación, en gran medida favorecida por la complejidad de su orografía y el escaso poblamiento.

Las especies más emblemáticas y raras en el resto del territorio son sin duda el oso pardo (Ursus arctos) y el urogallo (Tetrao urogallus). Somiedo alberga uno de los principales núcleos oseros de la Cordillera Cantábrica, con una tasa reproductiva comparable sólo a la del área de Hermo en Cangas del Narcea. No en vano, la conservación del oso fue una de las causas principales de la declaración del Parque Natural. El urogallo también tiene una presencia muy importante en esta área.

Ungulados de interés cinegético

El ungulado más abundante en el Parque es sin duda el jabalí (Sus scrofa), que como en el resto de Asturias ha sufrido en los últimos años un fuerte incremento poblacional. También son abundantes el venado (Cervus elaphus) y el rebeco (Rupricapra  pyrenaica),  con  poblaciones  que  superan  el  millar  de  ejemplares.  Las poblaciones del  primero  de ellos son  producto de las repoblaciones efectuadas en los  años setenta tras su extinción decimonónica.  El corzo (Capreolus capreolus), como ocurre en otras áreas de montañas es más escaso y su caza está vedada en el ámbito del Parque.

Otros mamíferos

En  Somiedo  se  han  catalogado  casi  media  centena  de  especies  de  mamíferos.  Entre  los  de  mayor  interés destaca  el  lobo (Canis  lupus),  que  parece  localizar  en  el  Parque  tres  grupos  reproductores  que  predan principalmente grandes ungulados silvestres. 

Destacan también por su interés en la conservación la liebre de  piornal  (Lepus  castroviejoi),  frecuente  en  las  áreas abiertas  de  montaña,  el  desmán  ibérico  (Galemys pyrenaicus), que se encuentra en casi todos los cursos de agua, y la nutria (Lutra lutra), que recientemente ha colonizado los Lagos de Saliencia.  La  lista  de  mamíferos  incluye además  numerosos  carnívoros,  como  el  zorro,  la  marta,  la  gineta,  el  gato montés,  la  garduña  y  el  tejón; micromamíferos  como  la  musaraña  de  campo,  la  rata  de  agua  y  el  ratón espiguero; quirópteros cavernícolas como el murciélago grande de herradura, el pequeño de herradura, el de cueva o el de patagio aserrado; quirópteros forestales, como el murciélago orejudo dorado o el de bosque y otros más ubicuos como el de ribera o el enano. 

Otros valores  

A su valioso patrimonio natural, Somiedo une un acervo cultural y humano no menos singular. 

En este área han  convivido  a  través  de  los  siglos  dos  grupos  humanos  social  y  culturalmente  diferentes: vaqueiros  de alzada  y  xaldos.  Sobre  el  origen  de  los  primeros  el  ideario  popular  ha  desarrollado  todo  tipo  de teorías: descendientes de esclavos romanos, de astures que traicionaron al rey Pelayo, moriscos, esclavos revelados en tiempos del rey Aurelio, normandos vencidos y un largo etcétera de fantasiosas interpretaciones. Lo cierto es que constituyeron  un grupo humano diferenciado socialmente, y a menudo perseguido, que practicaba una trashumancia de largo recorrido, desplazándose con  familia, rebaños y enseres desde las áreas bajas de la región  a  los  altos pastos  somedanos  para  allí  habitar  durante  el  verano.  La  peculiar  idiosincrasia  de  los vaqueiros  de  alzada  hace que  las  gentes  somedanas  atesoren  un  rico  patrimonio  de  ritos,  mitos  y  folklore  popular  diferentes  de  los  del resto  de  la  región.  A  ello  se  añade  una  extraordinaria  riqueza  de  elementos materiales y de arquitectura tradicional. Los  elementos  etnográficos  más  singulares  son  las  cabanas  de  teito,  construcciones  estrechamente emparentadas con las que debieron conformar los primitivos castros prerromanos, compuesta de paramentos verticales  de  piedra  y  cubierta  vegetal  de  escoba  (Cytisus  scoparius)  y  piorno  (Genista  florida  subsp. polygaliphylla), de evidente paralelismo con las pallozas de cubierta de centeno que pueden observarse más al oeste, en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea y del Ibias. En las brañas situadas a mayor altitud se construían cabañas más primitivas y de reducidísimas dimensiones, los corros y los chozos, construcciones de planta circular rematadas por una falsa cúpula de grandes losas de piedra que se recubrían de tierra y tepes de césped vivo.

El lugar más adecuado para iniciar la visita al Parque Natural de Somiedo es el Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes, situado en Pola de Somiedo. Allí existe a disposición del visitante la información que puede servirle de guía en su recorrido por el Parque. Asimismo, dependientes del Ayuntamiento, se cuenta con el Museo Etnográfico de Pola de Somiedo y las Casas-Museo Etnográfico de Veigas.

Objetivos

La declaración del Parque Natural de Somiedo por Ley 2/1988  busca hacer compatible la conservación del medio rural y el adecuado aprovechamiento de los recursos en beneficio de la calidad de vida de sus habitantes, del disfrute general de los atractivos naturales de la zona y de su conocimiento y difusión. 

Para la correcta consecución de los citados ojetivos, el espacio natural cuenta con una serie de Órganos de Administración y una serie de herramientas que se concretan en su Instrumento de Gestión Integrado.

Órganos de administración

La gestión de este espacio protegido recae sobre la Junta del Parque, el Consejo Rector y el Conservador. 

La Junta del Parque es un órgano eminentemente consultivo, donde estarán representadas la Administración de la Comunidad Autónoma, el Concejo de Somiedo y los propietarios de la zona. Asimismo se contempla la posibilidad de que la Administración Central y la Universidad de Oviedo también estén representados, así como las Entidades, Asociaciones y grupos que realicen actividades relacionadas con los valores que al Parque corresponde proteger.

El Consejo Rector tiene carácter ejecutivo y su composición se conforma con representantes de la Administración del Principado y del Ayuntamiento de Somiedo. Este órgano, además de ser el responsable de la planificación y gestión del Parque, se ha diseñado como el lugar de encuentro entre las administraciones local y autonómica, verdaderas protagonistas del desarrollo de los objetivos del parque.

La primera por ser el marco territorial que recibe tal declaración como espacio natural protegido y la segunda por ser su principal impulsor económico. 

Como  órgano  unipersonal  con  funciones  de  coordinación  y  supervisión  de  las actuaciones aprobadas por la Administración del Parque, así como las de propuestas de los programas de gestión anuales y las de Secretaría de los órganos colegiados, la Ley regula la existencia de un Director-Conservador.

Instrumentos de gestión

En 2014 se ha aprobado el Decreto 169/2014, de 29 de diciembre por el que se declara la Zona Especial de Conservación de Somiedo (ES0000054) y se aprueba el I Instrumento de Gestión Integrado de diversos espacios protegidos en el concejo de Somiedo, entre ellos este Parque Natural de Somiedo.

Este Instrumento de Gestión ordena las actividades susceptibles de desarrollarse en el Parque y establece la normativa de protección a aplicar en cada una de las cinco áreas en que éste se zonifica. El mismo incluye un Plan de Desarrollo Sostenible (PDS) que tiene por finalidad principal desarrollar actuaciones tendentes a la mejora en la calidad de vida de la población residente en el Parque. Este PDS incluye las previsiones de las actuaciones a desarrollar, tanto en lo relativo a la mejora y conservación de los valores naturales, como en lo relacionado con las mejoras en infraestructuras, programas de ayuda  y medidas de desarrollo en  todos los órdenes.

Regulación de usos y zonificación

Actualmente,  el  Parque  Natural  de  Somiedo  divide  su  superficie  en  5  categorías,  atendiendo  a  un  criterio gradual de protección:

  • zona de uso general (delimitada por los núcleos de población e infraestructuras)
  • zona de  uso agropecuario  (15 .149,71  ha).
  • zona  de  alta  montaña  (4 .082,54  ha).
  • zona  de  uso  restringido especial (9.647 ha).
  • zona de reserva ecológica (127,39 ha). 

Medidas de gestión de hábitats y taxones de interés

El ámbito geográfico del Parque Natural de Somiedo coincide con el ámbito de la Zona de Especial Conservación Somiedo (ES0000054). Este hecho implica la existencia de una serie de hábitats y taxones de interés para los que se ha considerado necesario establecer una serie de medidas de gestión orientadas a minimizar el efecto de las amenazas detectadas sobre ellos.

Otras normativas de gestión

Además de la normativa propia de este espacio natural, en este territorio son de aplicación otras normas relativas a la conservación de aquellas especies protegidas que en el habitan y que cuentan con regulación especifica.

Uso Público

El Parque Natural de Somiedo dispone de una variada oferta de equipamientos educativos museográficos y recreativos, así como una extensa red de rutas senderistas, que permiten guiar al visitante en su recorrido y dar a conocer los valores del espacio protegido.

Memoria Anual 

La Memoria anual del parque natural contiene las actuaciones de gestión realizadas por los diferentes órganos de  la Administración  del  Principado  de  Asturias  dentro  del  Parque  Natural  de  Somiedo,  los  recursos presupuestarios dedicados, así como un conjunto de indicadores para el seguimiento de algunas magnitudes básicas en la gestión del espacio, un registro de actividades destinadas al cumplimiento de los objetivos del Parque y algunos inventarios de interés.

Indicadores de sostenibilidad 

El  seguimiento  de  los  Espacios  Naturales  Protegidos  mediante  un  sistema  de  indicadores  constituye  una herramienta  imprescindible  para  poder  determinar,  por  un  lado,  cuales  están  siendo  los  efectos  de  las actuaciones de gestión llevadas a cabo dentro del espacio, a lo largo de un determinado periodo de tiempo y, por  otro, para  satisfacer  las  demandas  de  información  relacionadas  con  la  gestión  y  la  consecución  de  los objetivos de declaración. 

Monumento Natural Conjunto lacustre de Somiedo
Reserva de la Biosfera de Somiedo
Zona Especial de Conservación Somiedo (ES0000054)
Zona de Especial protección para las Aves Somiedo (ES0000054)
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