Día Mundial de la vida silvestre

Esta semana se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre. Desde el año 2013, el 3 de marzo es la fecha señalada por las Naciones Unidas para que conozcamos mejor la fauna y la flora silvestre que nos rodea, su importancia y la necesidad de conservarlas. 

La gran variedad de paisajes que tenemos en el Principado de Asturias hace que su fauna y su flora se encuentran entre las más diversas de la península Ibérica. Además, el buen estado de conservación de nuestros espacios naturales ha permitido que aquí aún habiten los últimos reductos de especies emblemáticas que han ido desapareciendo de otros territorios. Nuestras costas rebosan vida con cientos de algas, peces, aves y hasta cetáceos. Por nuestras montañas saltan los rebecos y campan los osos pardos. Cada año los salmones remontan ríos donde nadan las nutrias, y en lo profundo de nuestros bosques, donde los corzos se esconden entre hayas, robles y tejos milenarios, aún se puede oír el canto del urogallo.

Este año la celebración del Día Mundial de la Vida Silvestre se centra en recordarnos la importancia de los bosques, y todas las especies que viven en ellos, para nuestro bienestar y supervivencia. Los bosques son una importante fuente de recursos para nosotros, pero debemos explotar estos recursos de una forma sostenible si queremos seguir disfrutando de todos los beneficios que solo los bosques bien conservados nos proporcionan. 

La Red Natural de Asturias protege los bosques más emblemáticos de nuestra región. Desde el hayedo de Peloño en el Parque Natural de Ponga hasta el robledal de la Reserva Natural Integral de Muniellos, y pasando por las acebedas de los puertos de Agüeria en el Parque Natural de Las Ubiñas – La Mesa, en el Principado encontramos de parajes de una belleza incomparable. 

Qué mejor manera de disfrutar de nuestra región que acercándonos a visitar alguno de estos bosques para descubrir las múltiples especies que viven en ellos. Pero, recuerda, cuando salgas a la naturaleza procura ser respetuoso con la flora y la fauna. 

En los espacios naturales protegidos extrema la precaución para no perturbar a los animales o alterar la vegetación, y recoge todos tus desperdicios.

No dejes huella.


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